14 de abril de 2015

Caída.

Que difícil se me hace permanecer aquí abajo, la noche me posee como una barra de hierro atravesándome la garganta,lo peor es que yo le regalé mis fuerzas para que lo hiciera.Con mis manos rasgadas de oscuridad agarro con fuerza al intruso de mi cuerpo, pero cada vez que miro hacia arriba una masa insoluble me desnuca la mirada hacia el suelo. Y quedo colgada en la entrada de un cristal roto, que es mi vida, donde duerme la niña de los espejos rizados; que vida digo, si esto es sólo un reflejo atormentado de mi imagen. La que yo misma he creado.

3 comentarios:

  1. Desgarrador,
    pero igualmente precioso.
    Hay veces que parece que nos limitamos a sobrevivir, y que ni siquiera nos reconocemos cuando nos miramos en el espejo. Rodeados de tanta oscuridad, ese bucle de sin-ganas.
    Pero al final mirarás hacia arriba, y verás un resquicio de luz al que agarrarte. Seguro.

    Me encanta :) sigo leyéndote.

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  2. Una lectura asfixiante, yo rompería el espejo.
    Un abrazo afectuoso

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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